Conseguir un juego para matar el tiempo con nuestra computadora es muy sencillo. Tenemos al alcance ingentes cantidades de juegos online hechos en Flash y HTML5, si no queremos gastar mucho o directamente ningún dinero. Ahora si contamos con algunos manguitos, podemos hacer algunos recorridos por sitios de compra / venta electrónico, elegir y pagar o acercarnos hasta lo del vendedor. Otra opción, un tanto más conservadora, sería concurrir a la casa de computación más cercana, y llevando nuestros manguitos, chusmear qué juego nos gustaría comprar. Por supuesto nos queda una última opción. Non-sancta, pero existe y negarla sería una hipocresía. Sí, me refiero a las descargas de sitios dedicados a distribuir juegos sin tener que pagar por ellos.
Dejemos todo este escenario de lado y transportémonos a los '80 (cuando no). Sin web ni internet en casa y algún que otro modem lejano de presencia casi fantasmagórica, como si de una leyenda urbana se tratara, los canales para conseguir programas (bah, juegos), eran las casas de computación o algún amigo que nos hiciera una copia en cuestión, con lo cual se incurría en un caso similar al que se contó a finales del párrafo anterior.
Vayamos por el lado de las casas de computación, que es más rico en historia. Como ya comenté varias veces, mi adolescencia transcurrió en el centro de San Martin. El partido contaba con varias casas de computación, algunas de mayor importancia como Ciberdata o Desys Soft, en las que se podía adquirir cassettes y diskettes con juegos. Claro, este último soporte no siempre estaba disponible, ya fuera por tema monetario o porque sencillamente era posible. Como ejemplo, podemos citar el caso de las CZ1000. Al menos por estos pagos, no se conoció ningún sistema de floppy disk, por lo cual no quedaba otra opción más que recurrir al actual (de aquel entonces) cassette.
Según la empresa que producía el cassette, nos podíamos encontrar con carátulas bastante llamativas. como podría ser el caso de Alex Soft, fundada en 1983 en San Martín por Alberto Cayetano Martinez y designada en honor a su hijo Alejandro. Esta marca particular, podía conseguirse en varias casas de computación de la zona como Ciberdata.
Pero mejor veamos a continuación algunos escaneos de carátulas -que aún preservo- de esta y otras empresas, segmentado por plataformas:
Commodore 64/128
Stop the Express, un juego muy adictivo
Schizofrenia. Al día de hoy, desconozco el objetivo
Loco, otro juego adictivo inspirado en Super Locomotive de SEGA
Neutral zone
Neutral zone, una mezcla de Galaga con Phoenix,
con un tipito en lugar de una nave.
Turu Turu Turu tuturutu turururu. Sí, se trata de Airwolf ó como se
conoció aquí 'El helicóptero fantástico' para aprovechar la movida de
Knight Rider (El auto fantástico)
Instrucciones de carga contenidas detrás de la carátula
de cada cassette de Alex Soft
Estos cassettes solían conseguirse en Radio Porcheto.
Qué es un 'Fonanbulo'? La verdad no lo sé.
Solo sé que ese juego era en realidad Pyjamarama
Esta versión de Elevator Action se llamaba en realidad
Mission Elevator. Bastante bueno, pero no era el de los arcade.
El cassette lo conseguí en Atenea Siglo XXI, una empresa que daba cursos
y vendía soft/hard ubicada la calle Cerrito al 2000 en San Martín
Desys Soft fue sin duda la sucesora de Ciberdata.
Así eran las carátulas de los cassettes de juegos de Commodore.
Desys sobrevivió incursionando en el mercado de las PC
hasta los primeros años del nuevo siglo.
Compré muchos cassettes de esta marca que
podían conseguirse en Le Coq informática,
ubicada en una galería de av. Corrientes,
cerca de la pizzería Las Cuartetas.
Tenía muy buenos precios y
sobrevivieron hasta los primeros años
del nuevo milenio, por supuesto renovándose
Sinclair (CZ-1000, 1500, 2000, TK83, TK85)
Así eran los cassettes que se vendían en Ciberdata.
Los de color naranja eran para las maquinitas más chicas
de la línea Sinclair.
En particular, este fue el primer cassette de juegos de mi vida.
Los cassettes con carátula rosada que vendía Ciberdata
estaban dirigidos a las máquinas medianas de Sinclair o con expansión de memoria.
Bastante bueno el juego, para ser de menos de 16Kb.
La empresa de Bill Gates hizo sofware para la brasileña TK85?
No! Se trataba solamente de otra empresa brasileña que adoptó
el nombre de la empresa de Richmond pero nada más.
El cassette en cuestión fue adquirido en Cabildo, y estimo que en un local de Ozores
(en aquel entonces, una especie de Frávega que competía con Scioli, una especie de Garbarino)
Microditigal Arvoc era la empresa que distribuía
las máquinas brasileñas TK en el país.
Este juego en cassette para TK85 fue adquirido en
Electrónica Yankelevich (aún existente) del barrio de Belgrano
Microbyte era una empresa del centro de la ciudad; sus cassettes
podían conseguirse en lugares como la casa de electrónica
Yankelevich de Belgrano, como fue el caso de este ejemplar.
Fist II para clones de ZX Spectrum de la legendaria Red Point
de avenida Santa Fe casi Pueyrredon, nacida como un desprendimiento de Real Time.
Varias (TI99/4a, MSX)
Con esta carátula se presentaba el juego estratégico Concordium
para TI99/4a y Basic extendido. Este cassette se adquirió en un local de
Ozores en av. Cabildo, barrio de Belgrano
La carátula con el Inspector Gadget es sinónimo de
otro clásico distribuidor de software de San Martín,
ubicado más precisamente en Villa Ballester.
Los Chiches del Tío Tony era una juguetería céntrica
que incursionó en la venta de software con gran éxito.
El local era angosto y estaba repleto de chicos que buscaban juegos.
Esta carátula de Battle for Midway para MSX está buenísima.
Desconozco el orígen del cassette, simplemente me lo regalaron.
No podía faltar esta carátula de MSX de la legendaria Valente Computación
que se ubicaba en Capital, en la calle Rodriguez Peña entre Lavalle y Corrientes.
Esta carátula de MSX correponde a la última leyenda de este post.
RealTime, también de Capital Federal,
el local (los locales en realidad), estaban en la galería
de la esquina de av. Santa Fé y Pueyrredón.
Que quede clarito que estas carátulas son solo algunas de las que guardo y aún así, la ¿colección? es minúscula, ínfima si tenemos en cuenta las cantidades importantes de casas de computación, distribuidas en todo Buenos Aires. Por ejemplo, aquí nombré a San Martín, Belgrano y Palermo. Sin ir más lejos, imagínense que en cada barrio podía conseguirse jueguitos en cassette y saquen conclusiones.