martes, 23 de abril de 2013

Si es para ahorrar, está bien…

Hace unos días, estaba en la casa de un coleccionista amigo, cuándo nos pusimos a charlar sobre el diseño de un joystick CZ800s que tenía a la vista y que había sido construido por la Czerweny Electrónica para completar el lanzamiento de la línea Plus por el año 1986. Ésta línea implicó el rediseño exterior y la incorporación de entradas para monitor, joystick y botón de reset de las computadoras CZ1000, CZ1500 y CZ2000 que respectivamente pasaron a llamarse CZ1000 Plus, CZ1500 Plus y CZ Spectrum.

Puntualmente, el joystick CZ800s estaba diseñado para trabajar con CZ Spectrum, mientras que las computadoras más chicas, sólo operaban con el joystick CZ800. Lo único que diferenciaba a ambos modelos de controlador, además de la letra “s”, era el cableado interno.

Éstos joysticks tenían -tienen, en realidad- un aire de robustez inspirado por su palanca y el botón,  de aspecto sencillos y similar a los de los controles en las máquinas arcades.
Pero esta semejanza sólo quedaba en apariencias, puesto que al tener en manos el CZ800s/ CZ800, se podía palpar una durabilidada apenas correcta.

Mi amigo acercó al joystick el estuche de una calculadora CZ Matemática, fabricada por la misma empresa en 1982 y me pidió que notara diferencias en los diseños. No hubo que hacer mucho esfuerzo. Era bastante evidente que decidieron reutilizar la matricería, por temas de practicidad o tal vez de costos, por lo que vale decir, que la base del joystick CZ800s es la cubierta  de la calculadora CZ Matemática! A las pruebas me remito: 



La CZ Matemática es una calculadora fabricada completamente en nuestro país por Czerweny Electrónica en 1982. Opera con notación postfija (o polaca inversa), con display de ocho dígitos de LED rojos, de siete segmentos. Tiene un estuche de plástico rígido como pude apreciarse. 

 CZ800s vs cubierta de CZ Matemática. Es muy evidente que ambos objetos partieron de una matriz muy similiar, sino la misma. 


CZ800s vs cubierta de CZ Matemática

Cómo corolario de esta comparativa, me viene a la memoria sketch del programa Peor es nada, de los geniales Jorge Guinzburg y Horacio Fontova. Había un superhéroe de la “cole”, llamado Zuckerman, que tenía como latiguillo la frase: “…y.. si es para ahorrar, está bien…”

martes, 16 de abril de 2013

La leyenda del “Cozito”

Entendemos por viveza criolla a las prácticas que se ejercen para obtener ventaja de las situaciones, perjudicando al prójimo de ser necesario. En torno a esta frase se tejió la leyenda del “cosito” , que en poco tiempo fue desmentida.
Una tarde del año ´87, estaba en la casa de computación Desys Soft, en San Martín. En aquel momento, yo era usuario de Commodore 64 todavía con datasette y había concurrido a copiar juegos al local. Un chico de aproximadamente mi edad, preguntó a uno de los vendedores:
- Y cuánto zale eze cozito? -señalando a esto:

El "cozito" (si, con z)

Ese tono seseoso que me había enervado se convirtió en gracioso cuando me percaté  que estaba señalando una perforadora de diskettes de 5.25″,  muy similar en aspecto a las de papel diferenciándose por ser de plástico, de menor tamaño y por dejar perforaciones cuadradas. En aquel momento, me parecía motivo de burla cualquier persona que adquiriese ese tipo de perforadora, cuando con las comunes, que de hecho eran más económicas, podían obtener un resultado similar, lo mismo que con tijeras, pero siempre teniendo bastante cuidado.

La Duplidisk -así se llamaba esta pinza perforadora- , fabricaba una perforación cuadrada a la altura diametralmente opuesta a la que los discos traían de fábrica, con el objeto de utilizar la otra cara en unidades de floppy como la Commodore 1541, la Atari 1050 o la unidad Disk II de Apple, que solo contaban con una cabeza lecto/escritora. Este truco sencillo que permitía el aprovechamiento completo de un diskette, parecía ser una típica viveza criolla y, al menos por el barrio, se conjeturó acerca del origen argentino de la idea, evidenciado por el hecho de que el Duplidisk era de fabricación nacional.
 
Una parte de la leyenda urbana, o barrial, mejor dicho, caía en cuanto uno podía leer artículos como Flipping your Disk de M.G. Sieg, publicado en la revista Compute! número 10 (Marzo de 1981) en la página 71, proponía el aprovechamiento de la segunda cara de los diskette mediante la técnica de la perforación, para los drives de las computadoras Apple II. La otra parte de la leyenda, la del origen nacional del invento de la pinza, se esfuma con la revista Infoworld número 27 (Julio de 1983),   página 47,  dónde un auncio promociona el uso de la pinza Nibble Notch (nombre de marca registrada y patente pendiente), para duplicar el espacio en diskettes de 5.25″. 


 Duplidisc en acción.